Sea una estrella esférica cuyo centro está en C (Figura 7-2). Supongamos además que L1 y L2 representan dos direcciones coincidentes con sendos radios estelares, separadas por el ángulo elemental dq. Consideremos dos puntos A y B en la fotósfera de la estrella, ubicados a distancias r y r’ del centro de la misma, respectivamente. Tal como se aprecia en la Figura 7-2, al pasar desde A hacia B siguiendo la trayectoria elemental ds, el cambio dr en la coordenada radial puede escribirse de la siguiente manera :
dr = ds cos q (7.7)
Además puesto que rdq = - ds cos(90° - q), resulta :
, (7.8)
en la cual el signo menos se debe a que el ángulo q disminuye a medida que ds aumenta.
Si aceptamos que In no depende del ángulo f (simetría esférica), entonces In sólo dependerá de las otras dos coordenadas esféricas: r y q. Por lo tanto, el cambio que experimentará la intensidad específica monocromática In al pasar del punto A hacia el B siguiendo la trayectoria infinitesimal ds, será :
Figura 7-2: Modelo geométrico de una atmósfera
estelar. Relación entre las coordenadas esféricas y lineales.
La ecuación del transporte radiativo (7.6) puede ahora escribirse en coordenadas esféricas de la siguiente manera :
(7.9)
A medida que nos desplazamos según la trayectoria elemental ds, van variando las coordenadas r y q y en consecuencia va cambiando In. Es importante destacar que no obstante estar considerando una dirección fija, el ángulo q cambia al pasar desde el punto A al punto B (ver Figura 7-2).
Si el radio de la estrella es mucho mayor que el espesor h de la atmósfera, la expresión (7.8) se hace despreciable frente a la (7.7). En efecto, dado que la coordenada radial r y la profundidad geométrica x de un punto de la atmósfera se miden según la misma dirección, pero x aumenta por valores negativos, podemos escribir :
r = R +
x = R(1 + x/R),
en la cual R es el radio de la estrella.
Escribiremos ahora la derivada dq/ds de la siguiente manera :
Puesto que el senq no puede exceder la unidad, tenemos :
(7.10)
Si h << R, ½dq/ds½ tiende a cero. Es decir, si el espesor atmosférico es despreciable frente al radio estelar, el ángulo q se mantiene constante a medida que nos desplazamos según la trayectoria elemental ds y por consiguiente la derivada dq /ds tiende a cero. La ecuación del transporte radiativo se reduce ahora a la siguiente expresión :
(7.11)
El caso considerado en que h << R permite transformar el problema esférico en plano. En otras palabras, si h << R puede concebirse a la fotosfera como constituida por capas plano-paralelas. Si esta aproximación no es válida, debe considerarse el caso esférico.
Utilizando como antes la variable x (profundidad geométrica) en lugar de la coordenada radial, la ecuación (7.11) resulta :
(7.12)
Dividiendo ambos miembros de (7.12) por -knr obtenemos finalmente :
(7.13)
Esta ecuación es válida para una atmósfera plano-paralela. Si las capas son esféricas, un rayo cualquiera que parta de algún punto de la atmósfera seguirá una trayectoria tal que no formará el mismo ángulo q con respecto a las normales a las diferentes capas. En este caso, el ángulo q varía a medida que el rayo de intensidad In sigue su trayectoria. Tal como ilustra la Figura 7-3, en este caso los ángulos q1, q2, q3, ... son todos diferentes, lo que implica dq / ds ¹ 0.
Por el contrario, en una atmósfera de capas plano-paralelas, el ángulo q no varía a medida que el rayo de intensidad In sigue su trayectoria (Figura 7-4). En este caso, q1 = q2 = q3 = ... y por ende dq /ds = 0.
La suposición de que las capas son plano-paralelas puede hacerse en virtud de la pequeña curvatura real de las atmósferas estelares. No es necesario que toda la estrella sea absolutamente plana; es suficiente aceptar que las capas atmosféricas puedan considerarseplano-paralelas en cada radio individual (Figura7-5).
Figura 7-5: Esquema ilustrativo del significado
real de la suposición de capas planas y paralelas.